viernes, 24 de agosto de 2018

LEONOR FINI, la libertad


Fue LEONOR FINI lo que ella quiso ser, cuando y còmo se le ocurriò. Una mujer libre.
Vino al mundo en Buenos Aires en 1908, hija de Padre argentino y madre italiana. Cuando sus padres se separan, su Madre se la lleva a Trieste e inicia un periodo de tensiones y conflictividad que dejó una huella indeleble en su personalidad. Durante 8 años, y para disimular su identidad por temor al reclamo de tenencia de su Padre, su Madre la vistiò como a un niño varòn.
En la adolescencia, otra vivencia de tensiòn marca su vida, debido a una afecciòn ocular, debiò tener los dos ojos vendados por largo tiempo.
No podemos afirmar qué cosas y què tan decisivas fueron forjando la personalidad de Leonor y cuales tuvieron  influencia en su desarrollo artìstico, pero me animo a señalar los dos episodios anteriores como determinantes. Por lo pronto, una vez recuperada de su afecciòn ocular, resolviò ser "artista".

La producciòn de Leonor es vastìsima y sumamente variada; desde la pintura y la fotografìa hasta el diseño de objetos para creadores de la moda y  estilos diversos.
A los 18 años se instala en Paris y allí transcurriò la mayor parte de su vida.
En aquel Paris dominado por las tendencias surrealistas, se vinculó con sus máximos exponentes en una relaciòn que no logrò imprimirle ni definirle un estilo, simplemente le aportò lo que ella permitiò y que estuvo en consonancia con su personal visiòn.


Los invito a comenzar a conocer una muestra de su vastìsima obra pictòrica:


  

Se destaca la ambiguedad de las figuras, la voluptuosidad innegable y la insistencia en una femeneidad que no es rotunda, sino que se desdibuja en lìneas y colores. Capta momentos de transformaciòn, de cambio, nada parece ser definitivo, acabado, insinùa trànsitos hacia otros estados.


Este cuadro - Mujer con Caracola - es de 1940, època en que Leonor ya es una especie de "reina de la bohemia" parisina, enigmática y sensual,  toma del surrealismo lo que le apetece y desecha lo que no le atrae.
Asì forja su lenguaje pictòrico imprimièndole su personalidad.







Innegable son los trazos de su erotismo libre que se expresa sin reparo, ella lo manifiesta asì: "Toda la pintura es eròtica. Ese erotismo no tiene que estar necesariamente en el tema. Puede estar en la forma en que se pinta un ropaje, en el diseño de  una mano, en un pliegue".

  


En el universo de Leonor, las protagonistas son las mujeres, voluptuosas, sensuales, felinas, hermosas. Su obra es reflejo de su propia vida, de las experiencias vividas con hombres y con mujeres, del amor que experimentò por los animales (en especial por los gatos!) y por su profundo sentido de la vida como un enorme misterio que se desafiaba descifrar.

En una entrevista que le realizan de la Revista de Estudios Feministas, DUODA, en 1994, Leonor expresa algunos conceptos que nos ayudan a conocerla un poco más.
Le preguntan:
- Què opinaban los Surrealistas del sexo??
-"Oh, nunca se hablaba de ésto. Era un tema tabù. Lo que ocurrìa es que en la pràctica era comùn tener varios partenaires o cambiarlos. Yo he sido siempre muy libre en este sentido... Por ejemplo, he querido mucho a Marx Ernst, pero como una amistad especial, como una colega. Podìa aceptar sus besos, pero no era ni amor, ni amistad, sino un poco de todo. Pero yo me sentìa muy libre en esta relaciòn. Por su parte él amaba a todas las mujeres, querìa amarlas a todas..."


-" Las mujeres perciben profundamente los terribles contrastes de la vida. Los hombres preferirian un mundo más uniforme, más bueno como dicen ellos. Pero cuando una persona se decepciona puede ser terrible, las mujeres pueden ser terribles!"


 

- ...Yo soy como un animal.. Sí, sì!...como un animal, muy instintiva, muy voluntariosa. Quiero decir que cuando quiero una cosa, puedo ser muy salvaje para conseguirlo".

Segùn los periodistas que realizaron la entrevista, la idea que llevaban forjada por las historias que les habian contado de Leonor, era la de una mujer extravagante, insolente, fascinante, agresiva. Una vez que la conocieron la fascinaciòn continùa, pero se ha convertido en una mujer entrañable, cercana, tierna, con una enorme personalidad, fuerte y segura, que tuvo que forjarse con estrategias de excentricidad, extravagancia y rebeldìa para ser independiente, para no dejarse engullir por la "normalidad" que ha remitido a las mujeres a papeles discretos y sumisos. Una mujer que ha vivido intensamente y con auténtica autorìa de sus dichos y de sus obras, de sus actos.




Extravagante y exquisita, los gatos fueron un tema recurrente tanto en sus cuadros como en sus fotografìas.
- "Yo amo mucho a los animales, más que a nada en el mundo. Màs que al arte. Soy fanática del arte, pero... un animal es tan emotivo!!  Si me dieran a elegir entre quemar una obra de arte o salvar un animal, no  dudarìa un minuto en salvar al animal... Porque yo tengo hambre de Dios por los animales, ¿me comprendeis?"


No es posible en una sola entrada abarcar con justicia todos los aspectos de su producciòn artìstica, por lo que prometemos volver a esta extraordinaria mujer para conocer más de todo lo que fue capaz de crear, imprimiendo un sello indiscutido de personalidad y auntenticidad ante la Vida que eligiò vivir.



Leonor Fini
(1908 - 1996)
   

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