lunes, 24 de septiembre de 2018

FRANZ SEDLACEK, vivir en un mundo extraño

Conoceremos la obra de un hombre singular, FRANZ SEDLAZEK, y sepan que cada vez que califico de ese modo a un pintor, a un artista cualquiera,  me queda pendiente la respuesta a la siguiente pregunta: què hombre no lo es??  Sedlazek como cada uno de nosotros,  es el resultado de una historia particular, propia, inserta en el lapso cronològico de una Historia mayor, que suele escribirse asì, con mayùscula. Entre ambas circunstancias, la propia vital, y la del marco en que discurre, se forja la singularidad de un hombre.
A Sedlazek le tocò en suerte nacer en una zona de Europa codiciada por todos, y todos se creyeron en algùn momento con derecho a plantar bandera sobre su geografia de fronteras mòviles: Polonia. En el siglo XVIII fue dominada por Prusia, Rusia y Austria quienes se repartieron su territorio. Apegados a su identidad los polacos logran mantenerla a pesar del poder extranjero, y con diversos periodos de alternancia entre estabilidad y rebeliones, transcurren el siglo XIX hasta lograr, recien despues de la primera Guerra Mundial, su independencia definitiva.
En este escenario naciò en 1891 en Breslau, y para que tengamos una idea de lo que viviò Polonia, esa ciudad se llama asì en alemán, pero en polaco su nombre es Wroclaw, y en checo Vrastislav. 

Hijo de un fabricante de maquinaria de refrigeraciòn, a los 6 años se instalò con su familia  en Linz y luego en Viena, en 1910.  Mostrò sus dotes artìsticas a temprana edad dibujando caricaturas, pero cuando se muda a Viena, decide estudiar arquitectura y, un año más tarde, se dedicò a estudiar quìmica. De todos modos, no abandonò el dibujo y se inicia en la pintura, participando en 1912 en una exposiciòn en Linz.
Sobreviene la Primera Guerra Mundial y se alista en el servicio militar, terminada la misma, finaliza sus estudios de Quìmica.
En el periodo entre las dos grandes guerras, desarrolla sus inquietudes pictòricas de manera paralela a su trabajo en la industria quìmica.  Fue una època fecunda y de reconocimiento, participò en diversos movimientos artìsticos y recibiò varios premios nacionales e internacionales.
Cuando se declara la Segunda Guerra Mundial, en 1939 es llamado a filas y se alista otra vez, lo que lo llevò a Stalingrado, Noruega y  Polonia . Desde 1945 fue considerado desaparecido en acciòn.
Toda una vida resumida en estas pocas palabras. Para conocerlo más, comencemos a observar sus obras y las particularidades que la llevaron a ser expuestas, en 1930, en el Museo de Arte Moderno de New York.







Comencemos por sus dibujos, con un trazo y una temática que provocan en el observador - lo menos - la curiosidad por desentrañar el mensaje o la intenciòn, el ánimo del artista al concebirlas.  Por lo pronto me animo a señalar el misterio, la dificultad que presentan e, imaginemos, esas escenas en el contexto històrico y artìstico del creador y de sus contemporáneos.
Podemos hablar del caracter onìrico de estas obras, en donde  la ensoñaciòn es la que prima sobre la lógica y la razon,  salimos de la zona de vigilia para adentrarnos en el terreno de los sueños.


  

Contacta con el surrealismo en la descripciòn del paisaje desde perspectivas inusuales,  en imàgenes que evocan silencios propios de un mundo ajeno y extraño. Trasmiten angustia y se pueden circunscribir en la categorìa de "paisajes metafìsicos" que señalò Apollinaire, el célebre poeta y ensayista francés que ejerciera notable influencia sobre las corrientes vanguardistas de inicios del siglo XX. 
La figura humana aparece casi mimetizada con el paisaje, en ocasiones apenas se la distingue, forma parte de él, se consustancia y amalgama.




Sedlazek hombre no puede eludir la dura realidad de su contexto històrico, está sujeto a ella, la padece y sufre. Su realismo descriptivo, entonces, pasa entonces por el tamìz de sus emociones y sentimientos, por su deseo de evasiòn hacia territorios desconocidos que lo alejen de lo que ve a su alrededor  y que rechaza.



Comienza entonces a ser parte de lo que se llamó "la Nueva Objetividad" alemana,  hacia 1920, y que lo vincula al realismo social, un modo de anclaje en su presente. Tambièn llamado "Realismo Mágico", llega desde los centros culturales de Berlín y Dresde apoyando el compromiso social y polìtico de los artistas.
No olvidemos que Sedlazek habia regresado de la guerra y siempre es traumático el reinsertarse en la cotidianeidad, máxime en la de aquellos años entre guerras, convulsa y removedora de principios y valores.
Debe dar testimonio con su arte, denunciar a las clases dominantes y mostrar el sufrimiento del pueblo, y lo hará desde su visiòn y con sus recursos expresivos.







Seres extraños pueblan sus cuadros, fruto de una realidad que expresa objetividad desde la imaginaciòn y la irrealidad, otro razgo surrealista, otro razgo de realismo mágico. Se muestra lo real y cotidiano como algo irreal y extraño;  lo irreal es parte de la realidad.    Y nuevamente quiero resaltar a Sedlazek Hombre,  intentar comprender su psiquis y con las emociones de quien ha sobrevivido a una guerra como la del 14, la de las trincheras y el barro, la del gas pimienta y la lucha cuerpo a cuerpo.





Este cuadro se llama "Fantasmas en el árbol", y realmente la imagen es perturbadora.  Aparte de lo que muestra en cuanto al dibujo, lo perturbador es resaltado por un excepcional uso de la luz y las sombras. No podemos distinguir si la luz es de la Luna o del Sol que se filtra entre las nubes,  y esa imprecisiòn es la que provoca una fuerte sensaciòn de agobio e incertidumbre, más allá de las figuras espectrales posadas en las ramas del árbol.  La imprecisiòn sobre la fuente de la luminosidad es utilizado por el pintor como un recurso expresivo de excelencia, y proyecta tambien todas sus emociones y, seguramente, la evocaciòn de sus vivencias más profundas ante la muerte, cara a cara con ella en el campo de batalla.
Propio del surrealismo fue la experimentaciòn cromática con el propòsito de representar diferentes estados psicológicos y, sin duda, es lo que estamos viendo en este cuadro.-







El pintor trasmite la transgresiòn, la ruptura y transformaciòn de lo natural, del orden, de lo establecido llevándolo hasta el terreno de la naturaleza, en imagenes surrealistas de gran fuerza. Es el mundo en el que vive,  y el arte es la vìa para traducir una realidad que se ha desfigurado y que encuentra su representaciòn en nuevas formas perturbadoras y extrañas.

Quiero dejar a Sedlazek, al Hombre, en imàgenes que nos permitan evocarlo en ámbitos de paz y convivencia armoniosa, en ciudades amigables con ciudadanos pacìficos, en el marco de una normalidad que puede trastocarse en cualquier momento, pero que el pintor plasmó para el recuerdo y confirmaciòn de que  era posible.






Con su familia

Franz Sedlacek
(1891 - 1945? )


Su firma










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