Es que la obra de TETSUYA ISHIDA nos golpea sin miramientos, nos muestra descarnada y duramente una realidad que, si bien es reflejo de la sociedad japonesa de hoy, se dispara hasta el centro mismo del capitalismo y de la alienación consumista de Occidente.-
En estos dìas precisamente ( Abril de 2019), su obra llega por primera vez a exhibirse en un museo europeo, en La Casa de Velàzquez, dependiente del Museo Reina Sofìa, donde se reuniràn 70 obras fechadas entre 1996 y 2004, poco antes de su muerte a los 32 años, para muchos, suicidio.
Naciò el 16 de junio de 1973 en Yaizu y su obra refleja la gran crisis y recesiòn econòmica que sufriò Japòn hacia los años 90'.- Fue en esos años que terminò sus estudios y lejos de poder vivir de la pintura, empleò sus escasos recursos en poder seguir pintando, y de eso modo disecciona lo peor de la sociedad capitalista japonesa.
"Desde el karoshi, la muerte por exceso de trabajo, hasta los hikikomori, jòvenes que se autorrecluyen y llevan una existencia virtual, estan presentes en sus obras, la mayorìa acrìlicos sobre lienzo en los que predominan los tonos frìos,y aparece siempre un hombre genérico, el mismo representado en todas las edades" dice Teresa Velàzquez, comisaria de la muestra en España.
El hombre - siempre el mismo rostro - repetido una y otra vez, nos plantea a traves de las situaciones en que lo pinta Ishida, preguntas que son difìciles de digerir y mucho más difìciles de responder, aùn. Las respuestas que nos surgen son todas incòmodas, nos sacuden, nos golpean, ninguna nos deja indiferentes, nos comprometen.
Explorando el lado más oscuro de la vida moderna y el llamado "progreso", sus hombres aparecen atrapados en un sistema o en una maquinaria que lo aliena completamente, en donde la figura de ese ser humano pasa a ser secundaria y sin importancia.
Ese sistema absorbe completamente al hombre, es parte de una maquinaria muy bien engrasada y eficiente que le impide brutalmente, ser èl mismo, ser un individuo, persona.-
Transmiten aislamiento, soledad, crisis de identidad, escepticismo, claustrofobia y soledad.
En el siguiente vemos claramente lo dicho anteriormente, la dificultad del hombre - tal como lo ve Ishida - para crecer y desarrollarse en un ambiente de fria hostilidad tecnológica. Un dato interesante es que en los años 90', cuando desarrolla su obra, coincide cuando se lanzò en el Japòn el sistema operativo WINDOWS 95 de MICROSOFT, con el que el ordenador personal comenzò a popularizarse y se introduyo masivamente en la vida cotidiana de los japoneses, modificando dràsticamente los comportamientos sociales y productivos de ese paìs. El hombre inadaptado, preso de estructuras que lo constriñen e impiden ser natural y libre.
El mundo kafkiano, alienante y de abrumadora soledad, es claramente identificado en el siguiente cuadro en donde un cuerpo encapsulado de un "Gregorio Samsa" oriental se deja apresar sin resistencia en una "metamorfosis" irremediable.-
Pocos colores càlidos se encuentran en su obra, lo que vemos en el cuadro de arriba es una excepciòn, como tambièn lo es la presencia femenina, casi inexistente en la totalidad de su obra.
La cultura del trabajo que despersonaliza a los seres humanos y los convierte en piezas desmontables que se venden listas para ser ensambladas y que, luego de la asfixia de la jornada, reunen sus soledades en la barra de un bar en donde beben a traves de un surtidor, ràpidamente, para de ese modo perder el sentido lo antes posible, sin tiempo para la reflexiòn y la concientizaciòn de sì mismos.
Estos seres no oponen resistencia, se han abandonado hasta fundirse con el entorno, son hìbridos, mezcla de humanos y cosas, han dejado de existir como personas. En el cuadro anterior lo apreciamos muy claramente, la bolsa de supermercado se funde con los cuerpos y son nada más que "engullidores" compulsivos, alejados del placer.
Ese mismo placer que se niega en la escena que sigue:
Sobre lo que parece un lecho, dos figuras humanas - hombre y mujer - de espaldas, sin comunicaciòn ni fìsica ni verbal, nada que los una, que permita una interrelaciòn natural y placentera. Un lecho poblado de elementos que los separa y tampoco les permite el encuentro, tampoco el contacto, menos el simple y humano placer de los cuerpos que se juntan.
El calor del contacto humano es imposible, ni el amor en cualquiera de sus manifestaciones, por eso, el cuadro anterior tiene en sì mismo el mensaje más desolador de todos los que he reunido en este post. Madre o esposa, amiga o amante, nada que abrigue y consuele, que trasmita calor y emociòn; el hombre solo, rodeado de multitud de objetos, convertido en uno más. Terrible imagen!
Aquel 23 de mayo de 2005, permaneciò inmòvil dentro de su coche, en un paso nivel y ese fue el fin de Tetsuya Ishida... un joven artista que hoy encuentra su fama en Occidente, al enrostrarle la alienaciòn de una sociedad consumista y voraz, depredadora de todo lo humanamente valioso, todo lo que aún impide que proliferen los "Gregorios Samsa" ...
Muy interesante, pero perturbador por los conceptos que maneja.
ResponderEliminarGracias por tu interés. Y sí, la palabra exacta es esa: "perturbador".-
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