viernes, 12 de octubre de 2018

Daniel K. Tennant, la belleza de "las cosas"...

No hay duda de que las cosas tienen un lugar en nuestras vidas, los objetos con que poblamos nuestro habitat, desde nuestro hogar hasta el lugar habitual de trabajo, forman un universo que, de alguna manera, nos identifica. 
Cada cosa que consideramos nuestra adquiere el valor que le atribuimos, desde el utilitario hasta el estético, pasando por toda una gama de caracterìsticas que las identifican y realzan ante nuestra consideraciòn  y ante nuestros ojos.
Mucho se ha escrito sobre "las cosas", desde lo ontológico hasta lo meramente utilitario, se han detenido a considerar los objetos desde el material en que están hechos hasta el uso para el que han sido destinados.
Pero cuando un artista los considera desde su inspiraciòn y los plasma segùn sus medios expresivos, los objetos, las cosas parecen entronizarse y revestirse de un caracter que las desprende de su realidad y las eleva a un universo en que la Belleza es la que impera y dicta su nueva funciòn de ser.
Un escritor dirìa sobre ellas,  al considerarlas desde ese otro lugar en que florece lo estético, algo como lo expresado por Jorge Luis Borges, en este poema que ha sido un hallazgo:

"El bastòn, las monedas, el llavero, 
la dòcil cerradura, las tardìas
notas que no leerán los pocos dìas
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada, 
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora. Cuàntas cosas,
láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos, 
ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido."

Borges utiliza la imagen de las cosas para destacar  la inexcrutable fugacidad y fragilidad de la vida humana, ellas "durarán más allá de nuestro olvido; no sabrán nunca que nos hemos ido"... Este magnìfico poema ha hecho de "las cosas"un referente indiferente y pasivo de su propia efìmera existencia.

Pero vamos a conocer a un pintor que hace de las cosas y de su reuniòn premeditada, un estìmulo para la creaciòn de una  realidad en que adquieren un nuevo valor, desprendido de su original utilidad.  Hablamos de Daniel K. Tennant, pintor norteamericano considerado uno de los artistas más destacados en el uso de "gouache" hoy en dìa.
El gouache es una pintura al agua, hecha con pigmento molido fino y cuyo agente aglutinante es la goma arábiga, que tiene la particularidad de eliminar las limitaciones de las acuarelas transparentes al momento de aplicar pintura clara sobre oscura, para lograr cuadros con colores más sòlidos y manejarse con acierto en las transparencias y brillos de la obra final.-


La minuciosidad y maestria de Tennant al momento de presentarnos sus objetos es realmente asombrosa. La técnica que emplea junto a los materiales empleados, le permite captar al detalle todos los razgos caracterìsticos  de lo pintado y provoca en el observador el deseo de tocar el cuadro para corroborar, al tacto, la dulce aspereza de las fresas, la turgencia de las granadas, la seda estampada del mantel sobre el que se reunen y destacan.


Cada objeto nos resulta nuevo, un perfecto desconocido que adquiere nueva identidad en la magia de la reuniòn con otros en caprichoso conjunto. Libros, botellas  y botellones, plantas desmayadas en viejas macetas, relojes que destacan sobre el perfecto diseño de una empapelada pared. La manta sobre la que se ubican nos animan a experimentar la calidez de su material y disfrutar de la belleza de su diseño.-





En este conjunto destacan los colores de los objetos, los matices y las texturas. Papel preponderante en Tennant es el perfecto uso de la luz sobre los elementos del cuadro, y desde la sombra de la copa de vino sobre la pared, y el brillo perfecto sobre la langosta, todo demuestra la minuciosidad del pintor al momento de reunir los objetos y decidir desde donde proyectará la fuente lumìnica para potenciar al máximo la expresiòn de realidad y vigencia de las cosas que pinta. 



El vidrio de variadas formas y colores, cada uno con su brillo particular, la superficie del mueble en que se apoyan, lustrada y lisa cual espejo en que se reflejan  y destacan.


El nivel de realidad de las frutas provocan nuestros sentidos, y el aroma de los duraznos y la dulzura àspera y jugosa de las fresas son una invitaciòn al disfrute sensorial más pleno. La composiciòn es perfecta, el equilibrio del conjunto se logra en la disposiciòn de cada uno de los elementos, logrando esa armonìa que es atributo de lo artìstico y lo bello.



Provoca admiraciòn extrema la belleza de este conjunto, cada objeto está realzado hasta la excelencia!  El brillo metálico de la plata, las frutas y sus texturas, los libros abiertos mostrando la intimidad de sus páginas, y los que - cerrados - cumplen su rol de soporte del resto.  Una menciòn aparte, el diseño de la tela sobre la que se apoyan, polícroma y de variados dibujos, se amalgama con los colores primarios de las naranjas, limones, cerezas y manzanas. Una exquisitez realmente!


Otro escenario, diferente y encantador.


Nuevamente el magistral uso de la luz, logrando dos planos bien diferenciados, en la transparencia de las botellas en la parte superior, y en la opacidad iluminada de los libros de la parte inferior del cuadro.


 En los elementos de este cuadro nos atrevemos a imaginar una personalidad que cuenta su historia, cada detalle nos está contando algo de alguien, de una persona que vistiò un uniforme, que empuñó un arma y disfrutò de las cuerdas de un banjo; alquien que estuvo en lugares lejanos y que ansiò regresar, contando cada minuto en su viejo reloj de cadena...



Es Tennant quien nos dice que siempre le ha gustado dibujar y pintar: "Nunca hubo ninguna duda de que mi vocaciòn en la vida era ser artista. Es un don otorgado por Dios que he tratado de cuidar y mejorar cada año. Mis pinturas son declaraciones acerda de las cosas que son importantes para mi. En esta era de tecnologìa avanzada y una vida de ritmo vertiginoso, es importante saber que hay lugares aùn tranquilos para ver y experimentar".
 Y continùa dicièndonos:  "Vivo en una zona tranquila y serena de mi pais, e intento capturar ese estado de ànimo en mi trabajo. Me encanta el realismo nìtido y detallado para mis cuadros. En cada obra trato de producir una pieza bien pintada y con caracter artìstico del  más alto nivel. He estado usando acuarelas opacas durante más de veinte años y cada año las aprecio más. Ellas son mi medio favorito."
Daniel K. Tennat








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