Cora Ogden, la Belleza a nuestro alcance...
No es necesario ir a un museo si buscamos la reunion de objetos hermosos creados por otros, ni siquiera buscar - si no queremos - en la Naturaleza pròdiga en belleza, los paisajes o situaciones que nos conmuevan estéticamente.
Creo que existe esa mirada decididamente sensible y entrenada tambien, para captar el toque de la Belleza sobre las cosas que nos rodean. A veces quizás sea la Luz que fomenta brillos y sombras, la reunión de objetos en determinada forma que nos muestra la armonia que subyace en la maravillosa casualidad de su encuentro.
La Belleza está en todas partes, sòlo debemos permitir que nos aborde, que nuestros sentidos sean dóciles y complacientes ante ella.
Ejemplo de lo que expreso, lo he encontrado plasmado en la obra de una pintora norteamericana, Cora Ogden quien luego de una activa vida en Corporaciones de New York, decidiò radicarse en Conneticut, buscando el clima y la luz que necesitaba para sus creaciones artìsticas. Disciplinada y metòdica, adhiere a la técnica clásica para imprimirle realismo minucioso y luminoso a cada una de sus magnìficas obras.
Ella lo expresa de esta manera: "En mi trabajo, intento crear un oasis que nos proporcione un respiro en nuestro abrumador mundo ruidoso. Mi objetivo es conectar con el espectador a nivel visceral, primero a traves de la luz y el color. Pararse en las dunas de arena al final del dìa y sentir el enfriamiento del aire, la tranquilidad que se puede escuchar incluso por encima de las olas. Pasar delante de una habitaciòn y ver la asombrosa belleza de la luz solar sobre una flor, y la forma en que la luz juega sobre la mesa".
Permitan ser impregnados por la belleza luminosa y cálida de Cora Ogden....
El pincel clásico y realista de Cora Ogden nos permite casi sentir la suavidad de la tela y el bordado exquisito del tapete, el aroma de las rosas recien traidas desde el jardìn...y nuevamente presentimos que alguien tuvo que postergar el arreglo de las flores y acudir a otra escena que reclamaba su atenciòn...
El casual desorden, el jarròn que espera el arreglo floral, la cajita destapada, la vainilla y los flecos del mantel, nos hacen evocar alguna mano hacendosa, ocupada momentáneamente en otra tarea fuera de esa escena...
.. y la dejamos porque se nos enfrìa el té..