viernes, 7 de septiembre de 2018

NICOLAY BOGDANOV-BELSKY, testigo de un pueblo

Nace NICOLAI BOGDANOV-BELSKY  en la Rusia de los zares, en la segunda mitad del siglo XIX, el 26 de noviembre de 1868. Serà testigo de grandes transformaciones sociales y culturales que, impulsados por los hechos polìticos desembocarán en la revoluciòn bolchevique de 1917.
Su obra rescata el espìritu más puro y popular del pueblo ruso, sus costumbres y, sobre todo, traduce su enorme amor por los niños.
Pero nada de eso fue por casualidad.

Las reformas introducidas por el Zar Alejandro II, luego de la guerra de Crimea, en 1861, de las cuales la más importante fue la aboliciòn de la servidumbre campesina, apuntaba a abrir Rusia al impulso industrializador que venìa desde Europa, pero no tuvo en cuenta la enorme fuerza de las comunidades campesinas que impedìan el acceso de sus miembros a las nuevas industrias instaladas en las ciudades.
En el arte pictòrico, la segunda mitad del siglo XIX dejó atrás el exotismo, el misterio y el romanticismo; un arte interesado en el pasado històrico y con fuerte apego a los dictados de la Academia del Arte. Eso los llevò a un nivel de hastìo y los artistas comenzaron a observar la inmensa riqueza de su entorno social, reflejando en sus pinturas a la gente del campo y de la ciudad, en  escenas cotidianas y triviales.
Surge una corriente muy interesante que  rechaza el academicismo imperante, sale de las escuelas de arte y sus postulados y, aùn más importante, lleva su arte a todos los rincones de Rusia, lo acerca a la gente comùn, al pueblo. Ese grupo de artistas fue llamado "Los itinerantes", o "Los ambulantes".  
Bogdanov-Belsky siguiò ese movimiento y se dedicò a mostrarle al pueblo, lo que ellos mismos eran y representaban: el verdadero motor de la historia de Rusia.

Pero comencemos a conocer su obra:


  

El mensaje del pintor en su obra es, necesariamente,  simple, ya que simples son los personajes y las situaciones que registra en el momento en que el contexto històrico era de emancipaciòn, pero obviamente de grandes tensiones sociales, fruto de la opresiòn a la que era sometida la poblaciòn. Los pintores Itinerantes o Ambulantes utilizarian un nuevo lenguaje expresivo que se independizaba de las tendencias occidentales y de la disociaciòn del arte y la vida, para involucrarse con la realidad en todos sus aspectos. Introdujeron asì nuevos temas como la miseria y la explotaciòn infantil, reales y dolorosos episodios de la cotidianeidad.






Salieron de los museos, de las ciudades capitales y llevaron sus cuadros en exposiciones itinerantes a lugares recònditos y apartados, mostraron al pueblo lo que nunca antes se les habia mostrado y de esa forma, indirectamente, cuestionaban el régimen polìtico imperante. El pueblo se veìa a sì mismo en cada una de esas escenas, y la belleza y fuerza de las mismas encontraba eco en aquellos tanto tiempo olvidados.


Bogdanov-Belsky fue maestro, y el tema de la educaciòn para el pueblo fue su gran preocupaciòn. Sabia que debia educar al pueblo , que ya no podìa continuar siendo el privilegio de las clases acomodadas, y que en los niños estaba la semilla de la futura Rusia más justa que anhelaba.  





En sus cuadros, como en la del resto de los pintores Itinerantes, conviven los preceptos del viejo estado zarista que apuntaba a revalorizar la tradiciòn, la religiòn y a conservar el orden establecido, y por el otro no podìa sustraerse a una multiplicidad de ideas nuevas que impugnaban lo anterior y promulgaban valores democráticos y liberales, como la educaciòn para todos, por ejemplo.
La formaciòn pictòrica de Bogdanov- Belsky comenzò en la Escuela de iconos en el Lavra Troitse-Sergiyeva; luego continùo en la Academia Imperial de las Artes en San Petersburgo, desde 1894 hasta 1895. A fines del siglo, trabajò y estudiò en atelier privados en Paris.  No fue un autodidacta entonces, pero el costumbrismo y el deseo de dejar registro de la belleza de su pueblo, guiò su pincel hacia colores vibrantes, trazos que oscilaban entre el realismo y destellos de las corrientes imperantes en Europa por aquellos años.









El artista trabajò principalmente como pintor de género, pero incursionò en paisajes y retratos.
Son caracterìsticos los colores y la claridad de sus composiciones, la atenciòn en los detalles, en las expresiones, en las emociones que capta y trasmite de sus personajes.



  












 

  

En 1919, luego de la revoluciòn, Bogdanov-Belsky participò en la Primera Exposiciòn de Arte Independiente del Estado de Petrogrado; y en 1921, en la misma ciudad,  fue su primera exposiciòn personal. Emigra y se instala en Riga, donde realiza su segunda exposiciòn entre los años 1921 y 1922.
Expuso en el marco de exposiciones de arte ruso en los Estados Unidos y Canadá (1924-1925), Copenhague (1927); Praga y Oslo (1928). En 1941 expuso sus obras en la primera exposiciòn de Artes Visuales en la Letonia soviética.
Su obra fue muy vasta, lo que compartimos apenas es una aproximaciòn, pero creemos que nos muestra de alguna manera, lo que significò ser un pintor de su tiempo, un hombre en determinado contexto històrico que le aportò temas y compromisos que no eludiò.


                                                        Nicolay Bogdanov-Belsky
                                                                   (1868 - 1945)





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